Las radiografías más extrañas que hayas visto

Cualquier escondrijo es válido para colar un móvil en prisión. Como muestra, basta este salvadoreño que intentó que su teléfono pasara inadvertido usando su intestino como “funda”.












Otra recuperación milagrosa es la de este adolescente, que fue apuñalado con un cuchillo de 12 centímetros. El rápido traslado al hospital y que nadie intentase sacarle el arma fue lo que le salvó la vida.











El cuerpo de Chen Liu fue hallado en el río George, en Sydney, Australia. Su cráneo presentaba 27 clavos que habían sido disparados con una pistola especial usada en carpintería.










A Gail Creek, obrero estadounidense, se le cayó el gancho de una grúa en la cabeza. Por suerte, no le perforó el cerebro y vivió para contarlo.












Shafique el Fahkri fue atacado a la salida de la discoteca Metro en Melbourne, Australia. La pata de la silla le entró por el ojo izquierdo hasta la garganta. No solo sobrevivió, sino que también recuperó el 95% de la visión del ojo. La única consecuencia fue una voz un poco más rasposa que antes.

















Aunque parezca increíble, Ron Hunt, un carpintero estadounidense, sobrevivió después de caerse sobre una broca de 50 cm.













En el año 2003, Pat Skinner fue operada del colon en el Hospital Saint George de Sydney, Australia. Dieciocho meses después, insistía en que le dolía el estómago. Las imágenes de rayos X descubrieron una tijeras de 17 centímetros en su cuerpo.



















Flame, Out.

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