Esta vez la historia comienza con la visita de un viejo amigo de la secundaria: Christian, que llegó a mi casa aproximadamente a las 4 de la tarde del sábado 3 de octubre.
Empezamos a platicar de las típicas cosas que platican los amigos, mujeres, la vida del otro, las ocupaciones y los posibles planes que se armarán, cuando de pronto comenzó la lluvia, nada especial, como cualquier otra, pero, al poco tiempo arreció, y la intensidad de los truenos y relampagos aumentó, incluso me pareció ver un vuelo de Oceanic Airlines estrellarse a lo lejos (esto seguramente lo entenderán los que hayan visto Lost, XD); después, lo típico, nos quedamos sin electricidad debido a la tormenta, por lo que suspendimos la partida de Rayman Rabbing Rabids que habíamos comenzado.
Ya aburridos y sin nada que hacer, me cuestionó acerca de mi colección de comics, que yo gustoso le mostré, discutiendo qué numeros estaban a la venta y cuales no por la calidad de las historias (por supuesto de mi colección); de pronto mi queridisima madre abre la puerta y exclama (lease con voz de Antonela de Patito Feo, con todo y ademanes) Oh my God!!! la casa se está hundiendo!!! (bueno, casi fue así, tal vez cambié un poco los hechos) Así que decidí tomar cartas en el asunto, después de todo no iba a permitir que terminaramos como los de Valle Dorado en el DF (que mala onda por esa gente, si me leen, que no creo, les mando un saludo) Me quité el pantalón que traía, y me puse un short, una sudadera y salí al patio a enfrentar mi destino; el patio es pequeño y si se tapa la alcantarilla, inmediatamente se empieza a estancar el agua.
Ya estando afuera me dispuse a trabajar; primero retiré la basura que bloqueaba la alcantarilla, me sumergí 30 metros bajo el agua y tuve que pelear con serpiente marinas y anguilas eléctricas, aquello era digno de una epopeya (si no saben de que p#7as hablo, vayan aquí: para saber que es una epopeya, incultos) después de derrotar a las feroces bestias retiré todo lo que bloqueaba el camino del agua (esta bien, no pelee contra anguilas ni serpientes, pero podría jurar que ahí andaban un par de lombrices).
Lamentablemente después de todo mi esfuerzo el nivel del agua no se reducía, así que tuve que tomar unas cuantas cubetas que tenía a la mano y cual bote naufragando empecé a llenarlas para que mis hermanos las arrojaran a la calle; así batallé una vez más contra Tlaloc y Poseidón que estoy seguro fue quien envió a las lombrices; el primero, al ver mi esfuerzo decidió detener la lluvia y me declaró vencedor del segundo asalto, ordené la retirada a mis tropas, y regresamos a casa como los heroes en los que nos habíamos convertido (bueno... No). Tomé un baño caliente para evitar las enfermedades (de transmisión sexual, ah no) y regresé para patearle el trasero a Christian en el Super Smash Bros. Brawl disponible solo en la Nintendo Wii (comercial, Nintendo, me debes dinero, XD).
Es así como una vez más todo esta bajo control gracias a Oliver..... El Fin. Por cierto, ya estoy escribiendo el libro y la Warner me ofreció un contrato por 3 películas para llevar mi historia al cine, XD.
Lamento que en esta ocasión no haya fotos que ratifiquen mi historia, pero les juro por el blog que todo sucedió tal cual se los cuento; espero que se hayan divertido con la historia y seguimos trabajando, aunque estoy seguro de que mi enemigo y yo nos volveremos a encontrar, XD.
Flame, Out.
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